miércoles, 14 de octubre de 2009

El mundo sin zapatos


¿Cómo sería el mundo...sin zapatos?

Un mundo sin zapatos. ¿Cuesta imaginarlo verdad? Ir descalzos por la calle, sin algo que nos proteja los pies, que nos haga ser más altos... ¡sería un mundo de locos! o... ¿quizá no tanto?

Nuestros antecesores prehistóricos no tenían la suerte de llevar unas zapatillas, chancletas o zapatos que les protegiesen los pies y, ¿les paso algo por ello? ¡Ya lo creo que no! Todo es acostumbrarse. El problema que tenemos es que vivimos en una sociedad adaptada a la comodidad y el confort.

Los zapatos... actualmente vivir descalzos nos resultaría incomodo, incluso doloroso. Pero si no los conociésemos la cosa cambiaría, empezando por el desarrollo de nuestros pies. La planta se endurecería al caminar y, lo que para muchos seria una suerte: perderíamos las, en ocasiones, indeseadas cosquillas.

Además, nuestro mundo sería más limpio. Aparte de que nos llevaríamos a casa toda la suciedad propia de la calle, procuraríamos no tirar al suelo basura como cristales o cualquier otro objeto punzante y, las quejas contra el famoso botellón disminuirían. La gente se preocuparía más de recoger las “caquitas” que sus perros dejan en cualquier parte para evitar accidentes desagradables.

Por otra parte, todos seríamos muy cuidadosos con nuestra forma de caminar. El simple hecho de pensar en que nos pisen, pisar a alguien o golpearnos el dedo pequeño contra una esquina haría que estuviésemos más pendientes de donde metemos la pata.

Otra ventaja de la falta de zapatos es nuestra velocidad. Los pies tienen una forma natural para adaptarse al suelo y, con el uso del calzado esta adaptación cambia, por lo tanto descalzos somos más veloces; y en algunas situaciones esta ventaja nos puede favorecer.

Con un planeta desprovisto de zapatos algunos negocios dispararían sus ventas. Los vendedores de alfombras y felpudos serían un poquito más felices. Compraríamos alfombras para evitar pisar las frías y rígidas baldosas y andar más cómodamente en nuestro propio hogar; y felpudos para sacudir el polvo y la suciedad de los pies para manchar en menor grado nuestras preciadas alfombras.

En conclusión, un mundo sin zapatos sería diferente a este, por supuesto, pero ¿por qué peor?.

(Trabajo para clase)

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