Y los años se convierten en meses, los meses en semanas, las semanas en días, los días en horas, las horas en minutos, los minutos en segundos... y así hasta que vuelves a irte de mi lado para regresar más tarde.
La espera se hace eterna y tu compañía efímera cuando consigo darme cuenta de que todavía no te has ido, que aun puedo abrazarte una vez más antes de que un tren te lleve.
Me abrazas, me besas, subes al talgo y yo desde el andén veo como te marchas mientras una tímida lágrima resbala por mi cara tan suavemente que apenas la noto. Entonces te asomas por la puerta y gritas que me quieres.
Vuelvo a casa, a la rutina diaria; a esperar hablar contigo el tiempo que me sea posible y a desear que sea pronto el día en el que vuelvas a mi, en el que pueda estar contigo sin que cientos de kilómetros se interpongan y nos impidan vernos.
Enero 1990. Desde niña me ha cautivado la fotografía pero no fue hasta 2007-2008 cuando me di cuenta de que me permitía expresar mis sentimientos y mis pensamientos. Es mi forma de comunicarme, de expresar mi verdadero yo. Suelo añadir un texto a las imágenes para ayudar a la transmisión del mensaje.
Espero que disfruteis con mi trabajo tanto o más que yo.
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